Durante más de 200 años, infinidad de buscadores de tesoros han tratado de encontrar en remota isla, un rico botín que, se cuenta, fue enterrado por algunos templarios, pero hasta ahora sigue sin aparecer
Todo comenzó en 1795 cuando tres hombres jóvenes desembarcaron en “Oak Island” (la Isla del Roble). Al llegar, observaron un árbol con una rama aserrada y una depresión en la tierra debajo del mismo. Esto aumentó su interés ya que la isla estaba deshabitada, y no podía ser causa de la naturaleza. Por debajo de la rama aserrada, parecía como si algo estuviera allí enterrado.
Volvieron al día siguiente y comenzaron a cavar en aquel lugar. Los hombres al cavar fueron encontrando distintas capas de tierra cada 10 pies de profundidad, las cuales habían sido puestas allí intencionadamente, rellenando el hueco de lo que parecía ser un pozo cavado en la tierra.
Al llegar aproximadamente a unos 30 pies de profundidad, los tres jóvenes abandonaron la excavación para ir a buscar más ayuda y poder cavar más rápido y mejor. Volvieron con gente de zonas cercanas a la isla, pero aún así no era suficiente para poder seguir cavando adecuadamente, ya que la profundidad del pozo era mucho mayor de lo que ellos pudieron imaginarse en un principio. Después de varias semanas de excavación y de no encontrar nada de valor, se dieron por vencidos.
Desde entonces, se han hecho muchas excavaciones importantes en la isla con un coste que llega casi al millón de dólares.
En 1897, Guillermo Chappell, mientras excavaba se topó con hierro, cemento, madera, fibra de cáscara coco y un pequeño pergamino con las iniciales inscritas “ui “, “vi” o “wi”. Parecían haber sido escritas con tinta china mediante una pluma de canilla. Éstos fueron encontrados a una profundidad de 153 pies.
En 1909, Franklin D. Roosevelt, (quien años más tarde sería presidente de Estados Unidos) a la edad de 27 años, formaba parte de una expedición. Él mantuvo un interés durante toda su vida por la Isla del Roble.
Y como esos, muchos más, han buscado, sin fortuna, ese tesoro. Desde la época de la primera exploración, han muerto seis personas intentando desenterrar el tesoro, y la leyenda cuenta que antes de ser desenterrado el tesoro morirán siete personas!. ¿Pero cuál es este tesoro?
Existen varias leyendas al respecto: una de ellas cuenta que dicho tesoro proviene del capitán Kidd; en lo que fue algo así como un banco común construido por los piratas para guardar los tesoros robados.
Otra leyenda cuenta que el oculto lugar fue elegido por Sir Francis Drake para enterrar un gran tesoro, que podría contener las riquezas procedentes de los navíos españoles y de los pagos que se realizaban en el Caribe.
Sin embargo una de las principales teorías o leyendas que surgen en torno a la Isla del Roble, y que aún hoy en día sigue rondando en la mente de los buscadores de tesoros escondidos, proviene de los Caballeros Templarios, quienes, se dice, enviaron a un grupo de ellos a esa isla a esconder una verdadera fortuna en oro, joyas y otros objetos igualmente valiosos, con la idea de utilizarlos cuando fuese necesario para seguir financiando su lucha.
Pero el grupo se fue extinguiendo poco a poco y nunca se recuperó aquel tesoro... y son varios expertos en la materia que aseguran, existen evidencias suficientes como para pensar que esta teoría, es verdadera!
Puede ser cierta o no la leyenda del tesoro escondido en la Isla del Roble, pero de lo que no hay duda es que ésta genera una aventura única en la vida, que combina el entusiasmo de la búsqueda del tesoro con una excavación arqueológica de gran importancia.
Hasta la fecha, ese supuesto riquísimo tesoro aún no ha sido encontrado a pesar de tantos y tantos intentos por encontrarlo... Esto, sin duda lo convierte en uno de los Enigmas y Misterios más ‘codiciados’ de los últimos tiempos.
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