Mucho se ha hablado sobre los seres maravillosos que sobrevuelan nuestra imaginación y la realidad. Muchos de estos seres son alados, y están profusamente relacionados con leyendas y mitos antiquísimos. De estos, las Hadas son las más renombradas en leyendas clásicas y contemporáneas.
Se dice que existe hoy en día mucha gente que realiza gran cantidad de ritos para acercarse a la naturaleza y así poder lograr el contacto con los seres elementales y comunicarse con su reino. En realidad, lo que realizan estos individuos es la práctica de la magia natural, mayormente en los periodos donde se producen los cambios de estación, en días comunes, a la medianoche o en el crepúsculo.
Su práctica se focaliza en cada uno de los elementos, ya que cada uno tiene su propio ritual, y para ello deben visitar diversos lugares sagrados, como grutas, lagos o cascadas. Realizan festejos sobre todo cuando hay luna nueva, a la que denominan Sidhe, ya que es a través de ésta que se logra la conexión con el reino de las Hadas.
Ya que el Sidhe es un plano intermedio, estas personas capaces de establecer el contacto con estos seres maravillosos buscan momentos y lugares especiales para realizar las uniones psíquicas con los espíritus de la naturaleza.
En la misma medida existen excelentes zonas mágicas intermedias en otros ámbitos más comunes y accesibles, como por ejemplo los puentes, los portales de los jardines, las entradas a las grutas o las orillas de algunos ríos. Todos estos lugares, para ser útiles, deben ser poco transitados y no estar expuestos a demasiadas miradas curiosas.
La gente que se contacta con las Hadas se vale de algunas herramientas, como por ejemplo, basarse en la información que les brindan los cuentos y leyendas antiguos, su imaginación, el entrar en trance, la meditación, escuchar determinados tipos de música, leer o escribir poesías, pintar, y, ante todo, disfrutar de la naturaleza misma.
Les es muy útil caminar por los parques o los bosques, mirar el cielo, contemplar la luna, tocar y sentir la rugosa corteza de los árboles, disfrutar del perfume de las flores, contar las estrellas, embelesarse por los paisajes marítimos o selváticos, o simplemente soñar despiertos mientras observan las nubes.
Se dice que, por su naturaleza emotiva y sensible, los que más capacidades reúnen para comunicarse con las Hadas, son los artistas, en todos sus tipos: poetas, pintores, músicos, fotógrafos… Pero en realidad, cualquier alma que pueda sucumbir a los encantos de la naturaleza y que sepa encontrar la magia en cada pequeño detalle de la vida es apto para establecer la comunicación.
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