En la mitología escandinava, Gefjun (a veces lo encontramos también transcrito como Gefjon, Gefyon o Gefn, aunque en español se podría traducir como “dadora”) era una de las diosas miembro de los Vanir y de los Aesir. 

Se la vinculaba con la videncia y, se decía, que todas las mujeres que a las que les llegaba la muerte siendo aún vírgenes, iban directamente a sus salones y se convertían en sus siervas; por ello, se indica que también era la diosa de la virtud y, aunque parezca una contradicción, también lo era de la fertilidad.

A este respecto, algunas fuentes también señalan que su nombre es otro de los alternativos a la diosa Freyja, diosa nórdica de la procreación, lo que ha llevado a algunos estudiosos a pensar que Gefjun representa un atributo de esta última.

También se la asocia con la buena suerte e, incluso, con el arado.

Sobre este último elemento se basa uno de los mitos que circulan en torno a su figura, y que hace referencia a la mítica creación de la isla danesa de Selandia; es el siguiente: cuenta la leyenda que el monarca sueco Gylfi le prometió a Gefjun que le daría la tierra que ella fuese capaz de arar durante una noche para que dispusiese de ella a su entera disposición; esta, para poder arar la máxima cantidad de territorio, decidió transformar a sus cuatro hijos en bueyes y, así, la tierra que consiguieron fue arrojada entre Escania y la isla de Fionia: el agujero resultante se convirtió en el lago Lögrinn y Leginum.
En la actualidad, este lago ha sido identificado con el Lago Vänern, el que está considerado como el de mayor tamaño de toda Suecia y, como particularidad, si te acercas a contemplar con cuidado la zona en uno de los muchos mapas de hoy en día, comprobarás cómo el Lago Värnen y la Isla de Selandia comparten cierto parecido en lo que respecta a tamaño y forma.

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