El Jiangshi (Kyonshi en japonés) cuyo significado puede traducirse como “Cadáver Rígido” sería el equivalente al legendario mito del vampiro o del zombi occidental. Esencialmente son personas que mueren de una forma violenta, de forma no natural o cuya alma no encontró el descansó al momento del fallecimiento.


Algunas características:

Su piel es muy pálida, pues no soportan entrar en contacto con la luz 
solar, acostumbran a aparecer solamente durante la noche.

Sus cuerpos no sufren descomposición y sus cabellos y uñas siguen 
creciendo como si estuvieran vivos.

Una de sus características peculiares es su piel entre verde y blanca, una 
teoría afirma que se debe a un hongo que crece en los cadáveres.

Generalmente su apariencia varía desde un cuerpo perfectamente normal, 
hasta un horrible cadáver putrefacto.

Tienen cabellos largos y blancos.

Bebedores de sangre: la influencia de las historias de vampiros 
occidentales hizo lo suyo con los chinos, anteriormente extractores de la 
energía vital, estos ahora son bebedores de sangre.

Sus extremidades son rígidas, de forma que sólo pueden avanzar dando 
pequeños saltos y con los brazos extendidos.

Son completamente ciegos, pero detectan a las personas por la respiración.

Cuando se descontrolan pueden ser seres muy peligrosos porque al morder a 
un individuo, este también se convierte en un muerto viviente.

En la iconografía popular, acostumbran a vestir túnicas funerarias de la 
Dinastía Qing, que en la cultura popular de occidente es frecuentemente 
interpretada como “la imagen del mandarín”.

Los monjes taoístas son los únicos que pueden detener a un Jiangshi 
mediante diversos hechizos.

El origen de los Jiangshi.

Un supuesto origen de las historias de los Jiangshi tendría que ver con la folclórica tradición de los “cadáveres viajeros”, según la cual, los miembros de una familia de bajos recursos sin la posibilidad de pagar por las tarifas de traslado de sus muertos, contrataban sacerdotes taoístas para que transportaran de vuelta a casa, a los cadáveres de sus amigos y/o familiares que habían muerto en lugares lejanos.

Estos sacerdotes taoístas trasladaban los cadáveres solamente durante la noche y tocaban campanas para advertir a los aldeanos que pasaban por el lugar, ya que se consideraba de mala suerte para una persona viva ver a un Jiangshi. Dicha práctica era muy popular en Xiangxi, dónde muchas personas habían abandonado su hogares para ir en busca de mejores oportunidades de trabajo. Después de la muerte, sus cuerpos eran retornados a sus casas, pues se creía que sus almas sentirían nostalgia por su hogar si llegaban a sepultarlos en un lugar lejano.

Debido a que transportaban a los cadáveres sobre camas de bambú, cuando las cañas se doblaban de arriba hacia abajo, daba la impresión de que los cadáveres saltaban al ritmo de los pasos de estos sacerdotes. Algunas personas creen que las historias sobre los Jiangshi fueron inventadas por contrabandistas que disfrazaban su actividad ilegal de esta forma para burlarse de las autoridades.

Jiangshi en la actualidad.

Después de que los Jiangshi fueran interpretados en el teatro, su figura sirvió de base para muchas novelas y películas asiáticas desde la época del cine mudo. En la década de 1980, el cine cambió su aterrorizante imagen por algo cómico, al lanzar producciones que mezclaban terror, comedia y artes marciales. Con la llegada de los efectos visuales digitales, el género experimento un renacimiento en la década del 2000, con películas un poco más sustanciales, y cada vez más, la figura del “Zombi Chino”, se fue distorsionando e integrándose al manga, los dibujos animados y a los videojuegos.

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