Boriska es un niño ruso, y argumenta con toda firmeza haber vivido en Marte y actualmente reencarnado en la Tierra. Aunque parece poco realista, alucinógeno y hasta marihuano, tendríamos que evaluar algunos hechos a fin de llegar a alguna conclusión.
El menor nació en la ciudad de Volzhskii en un hospital público en un suburbio de Rusia, el 11 de enero de 1996. Su madre es de profesión dermatóloga y trabaja en una clínica pública. Mientras que su padre es un funcionario jubilado.
La madre de Boriska dice que su parto fue muy rápido, y que casi no sintió lo dolores. También cuenta que 15 días después del nacimiento, Boriska ya podía mantener la cabeza erguida. A los 4 meses, pronunció la primera palabra: baba (padre). A los 7 meses se las arregló para formar su primera frase: “Yo quiero un clavo“, después de ver un clavo en la pared. Con un año y cinco meses, el bebé podía leer periódicos, y comenzó a pintar a los dos años.
Para ese entonces, los padres llevaron al niño a un centro de puericultura y los profesores quedaron impresionados con la capacidad intelectual del niño, con poco más de dos años ya hablaba de sistemas planetarios, la vida fuera de la Tierra, cosas sobre astronomía, algo casi inconcebible para un niño de esa edad.
Cuando era más pequeño, Boriska decía provenir de una encarnación anterior, que habría habitado el planeta Marte. Que una catástrofe había destruido su atmósfera, y que en la actualidad todavía hay algunos seres que viven en ciudades subterráneas del planeta rojo, además, que la tasa de natalidad en el planeta ha aumentado cada año.
El muchacho dijo que cuando vivía en Marte solía venir a la tierra en la época en que existió la Lemuria, y que el continente de Lemuria habría sido destruido por un desastre, siendo tragado por el mar. Algunas misiones enviadas a Marte fracasaron, según Boriska lo hicieron debido la trasmisión de señales para destruir esas sondas, ya que poseían radiaciones dañinas para el planeta.
El niño incluso hizo algunas predicciones, diciendo que será descubierta otra esfinge, que traerá consigo un nuevo conocimiento, del que dijo cambiaría muchas cosas en la Tierra. Según Boriska, la Esfinge tiene un mecanismo detrás de la oreja, que le hace abrir.
Según algunas informaciones, el muchacho tenía algunos problemas en la escuela porque todos los niños se rieron de él cuando comenzó a contar sus historias. Lo más impresionante es que el niño, siendo un adolescente, podría describir y hacer cálculos de física, y dominaba otros temas relacionados a la química y la astronomía, cosas que sólo las personas preparadas son muy capaces de hacer.
Pero la última vez que tuvimos información de Boriska fue en 2008, cuando descubrieron el talento del muchacho, se realizó una entrevista con él y su familia. Después de ese día, nada más se supo de él, o de lo que fue de su vida. La pregunta sigue siendo: ¿la familia lo está protegiendo? ¿Es una estafa o un chico superdotado? ¿O será que él y su familia se vieron “obligados a callar”?
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