Un grupo de investigadores ha presentado un reactor nuclear alternativo que flota en el agua. Aunque presenta numerosas ventajas, expertos alertan de los riesgos con los que cuenta un diseño así en la era post-Fukushima.

Ya han pasado más de tres años desde que la catástrofe de Fukushima puso en duda la seguridad de los reactores nucleares existentes en el mundo. 

Los reactores fueron construidos para resistir terremotos, pero no la altura de las olas causadas por el potente seísmo que sacudió el archipiélago japonés aquel 11 de marzo de 2011. El tsunami dejó a los reactores sin refrigeración y precisamente fueron esos problemas vinculados con el sistema de enfriamiento los principales causantes de la catástrofe de Fukushima. 

Como señala un artículo publicado en el portal Gizmodo citando a expertos, si hubiera existido una forma rápida y efectiva de enfriar los reactores, la magnitud del desastre nuclear hubiera sido considerablemente menor. 

Con esto en mente investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), la Universidad de Wisconsin y la compañía Chicago Bridge and Iron, han creado un tipo de reactor nuclear que flota en el mar. 
Ventajas e inconvenientes del proyecto 

Según Jacopo Buongiorno, profesor de Ciencia e Ingeniería Nuclear del MIT y principal investigador en este proyecto, la construcción de estos reactores se llevaría a cabo en la costa y más delante se trasladarían mar adentro. Un cable submarino suministraría la electricidad a la tierra y, al igual que en las plataformas petroleras, habría alojamiento para los empleados. Además, la planta estaría rodeada de agua, lo que supondría un sistema de enfriamiento ideal, ya que evitaría el sobrecalentamiento de los reactores nucleares. 

Una de las desventajas de este diseño, apunta el portal CS Monitor, es que la cantidad de energía producida por estos reactores (300 megavatios) sería considerablemente menor a la de otros ya existentes. Asimismo, se desconoce cuánto costaría materializar el proyecto, el impacto medioambiental del mismo y las medidas que se tomarían en caso de que se produjese allí un accidente nuclear. 

La idea de construir un reactor lejos de tierra firme no es del todo nueva. De hecho, Rusia ya está construyendo uno y espera que comience a operar en el 2016. Sin embargo, la planta propuesta por Buongiorno está más alejada de la costa que la rusa y el diseño, similar al de una plataforma petrolífera y no un barco, también las diferencia.

Ya han pasado más de tres años desde que la catástrofe de Fukushima puso en duda la seguridad de los reactores nucleares existentes en el mundo. 

Los reactores fueron construidos para resistir terremotos, pero no la altura de las olas causadas por el potente seísmo que sacudió el archipiélago japonés aquel 11 de marzo de 2011. El tsunami dejó a los reactores sin refrigeración y precisamente fueron esos problemas vinculados con el sistema de enfriamiento los principales causantes de la catástrofe de Fukushima. 

Como señala un artículo publicado en el portal Gizmodo citando a expertos, si hubiera existido una forma rápida y efectiva de enfriar los reactores, la magnitud del desastre nuclear hubiera sido considerablemente menor. 

Con esto en mente investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), la Universidad de Wisconsin y la compañía Chicago Bridge and Iron, han creado un tipo de reactor nuclear que flota en el mar. 

Ventajas e inconvenientes del proyecto 

Según Jacopo Buongiorno, profesor de Ciencia e Ingeniería Nuclear del MIT y principal investigador en este proyecto, la construcción de estos reactores se llevaría a cabo en la costa y más delante se trasladarían mar adentro. Un cable submarino suministraría la electricidad a la tierra y, al igual que en las plataformas petroleras, habría alojamiento para los empleados. Además, la planta estaría rodeada de agua, lo que supondría un sistema de enfriamiento ideal, ya que evitaría el sobrecalentamiento de los reactores nucleares. 

Una de las desventajas de este diseño, apunta el portal CS Monitor, es que la cantidad de energía producida por estos reactores (300 megavatios) sería considerablemente menor a la de otros ya existentes. Asimismo, se desconoce cuánto costaría materializar el proyecto, el impacto medioambiental del mismo y las medidas que se tomarían en caso de que se produjese allí un accidente nuclear. 

La idea de construir un reactor lejos de tierra firme no es del todo nueva. De hecho, Rusia ya está construyendo uno y espera que comience a operar en el 2016. Sin embargo, la planta propuesta por Buongiorno está más alejada de la costa que la rusa y el diseño, similar al de una plataforma petrolífera y no un barco, también las diferencia.

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